Piñata contra enojos
¿A
quién no le gustan las piñatas?, Seguramente a muchos adultos les
siguen gustando, y si no, existe una alta posibilidad de que cuando eran
niños, eran fanáticos de ellas. ¿Qué te parece usarlas para fines
didácticos?.
En
el preescolar algunos niños pueden presentar mayor dificultad en
regular sus emociones y por ende sus conductas, cuando se sienten
demasiado frustrados o enojados, pueden tener una energía impresionante
en ellos que deben sacar de forma eficaz, para lo que una piñata podría
ser la solución.
Diviértete
con ellos haciendo una piñata de cartón, forrada con papel higiénico
pegado con resistol blanco y adornada de la manera en que los niños
prefieran, puede realizarse por equipos y posteriormente puede ser útil
para aquellos que tengan algún caso de frustración, pues a lo único a lo
que se está permitido pegarle, es a una piñata.
Abrazos
¿Alguna
vez te has sentido muy triste?, ¿cómo te recuperas de una gran
tristeza?. Hay veces en las que los niños llegan al salón de clases con
esta emoción que si bien no es mala, no nos hace desenvolvernos
normalmente en nuestras actividades. Probablemente se puede ver con
mayor frecuencia en aquellos pequeños que llegan a su primer año de
Jardín, pues están tan apegados a sus familias, que les es difícil
romper ese lazo por un periodo de tiempo.
Si
ves que un niño llega así al salón no hagas como si no pasara nada,
solo basta con pensar cómo nos gustarían que nos trataran y allí
encontraremos la respuesta hacia cómo actuar con los niños. Los abrazos
pueden ser tan especiales, que de manera inconsciente nos acordamos de
los abrazos de mamá y haciéndonos sentir protegidos y seguros.
Cuando
un niño siente frustración, también es conveniente recurrir a este
método, puedes pedirle que te abrace con todas sus fuerzas y así irá
descargando aquella energía negativa que tiene en el momento, haciéndolo
sentir mejor en todos los aspectos.
La cola de las buenas cosas
Por
lo regular las personas suelen decirnos las cosas negativas que ven en
nosotros y nos reconocen poco las cosas buenas que hacemos. Ese acto no
es sano para muchos, lo que es mejor para todos es saber qué está bien y
así seguir haciéndolo.
Para
hacerles explícitas a los niños las cosas buenas que han realizado, una
estrategia divertida y funcional es hacer "la cola de las cosas
buenas", la cual solo podrá ir creciendo cuando alguno de ellos realice
una buena acción. En una hoja se escribe o se dibuja por el niño la
buena acción que hizo y se pega en la pared. Seguro que todos querrán
hacer cosas buenas para que esa cola sea enorme.
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